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Entradas de la Categoría ‘Vera’

“El desierto reverdecerá: Vera y su tierra entre el imperio romano y el califato de Córdoba”

Pasamos a ofrecer un amplio resumen de la conferencia realizada el 20 de julio de 2018 en en el convento de la de Victoria de Vera (Almería), por la arqueóloga Dª Montserrat Menasanch de Tobaruela.

De entrada, incluimos la presentación del presidente de la Asociación Amigos de El Argar, Julian Pérez Flores:

Viernes, 20 de julio de 2018

Me complace presentarles a: Dª Montserrat Menasanch de Tobaruela, ponente de la historia de Vera.

Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Prehistoria por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha sido presidenta de Área, Sociedad Cooperativa Arqueológica y colaboradora de la Soprintendenza Archeologica di Ostia y la Soprintendeza Archeologica di Roma, en Italia. Ha codirigido las excavaciones e Cerro de Montroy y diversas campañas de prospección arqueológica en la depresión de Vera, y ha participado en los proyectos de análisis socio-natural Archaeomedes y Aguas, dirigidos por la Universidad Autónoma de Barcelona y financiados por la Unión Europea, así como en proyectos expositivos y de museolización en yacimientos y museos de Almería, Murcia, Mallorca y Barcelona.

Su investigación se ha centrado en el estudio del poblamiento tardoantiguo y altomedieval en el sudeste peninsular. Es autora del libro “Secuencias de cambio social en una región mediterránea: Análisis arqueológico de la depresión de Vera entre los siglos V y XI”. Actualmente colabora con la Universidad Autónoma de Barcelona. El título de la conferencia de hoy es:

“El desierto reverdecerá: Vera y su tierra entre el imperio romano y el califato de Córdoba”

 La arqueología trata de restituir saberes dormidos o celosamente guardados en la memoria, y es la única ciencia que nos sirve para estudiar la naturaleza y el desarrollo de los grupos sociales que han desaparecido sin dejar rastro. La arqueología investiga las sociedades a través de sus restos materiales, ya sean casas, huesos, herramientas o desperdicios.

Aspira a explicar cómo los grupos humanos organizaron sus vidas pese que nuestra memoria no quede ni el más mínimo recuerdo de ellos. La posibilidad de resucitarlos a una nueva vida social, de descubrir todo aquello que nos une y el abismo que nos separa. Pretende contribuir a fomentar el interés y la pasión por la arqueología y por el conocimiento del pasado, en definitiva, son nuestros orígenes en estas tierras a la que tanto estimamos. Para ello es necesario que los restos “hablen” y para conseguirlo solo hace falta que el público los interrogue.

La historia de las sociedades es también la historia de su entorno, ya que este es producto de la interacción entre los seres humanos y el medio ambiente. Las condiciones naturales, las estrategias de producción y la gestión de los recursos se entrecruzan y determinan la sostenibilidad de los sistemas socio-naturales. 

En entornos extremos, como el de la depresión de Vera, la opción por determinadas estrategias y formas de gestión es aún más decisiva. Esto explica que, desde los inicios de su poblamiento, la zona haya pasado por varias fases de agotamiento. Sin embargo, también ha habido otras de regeneración. Los estudios arqueológicos y medioambientales han mostrado que los periodos Tardo- antiguo y Andalusí fueron dos de ellas. A partir del siglo IX, Vera ocupó un lugar destacado en este renacimiento como capital regional.

El objeto de estas jornadas es dar a conocer la importancia de nuestros yacimientos de la Cuenca de Vera, la puesta en valor de los mismos y su difusión.

En Villaricos (Baria) las excavaciones de la necrópolis la iniciaron Luis Siret y Pedro Flores, comenzó el 10 de enero de 1890 y la última fecha que da Pedro Flores en sus diarios de campo fue el 12 de junio de 1914. El total de sepulturas excavadas es de 1842 unds., con un total de 9460 piezas, aunque solo se han localizado 5781 (de ellos 370 son restos óseos). En torno al 90% del material existente se localiza en el MAN. El resto en Museos de Almería y Barcelona. Pedro Flores recogió en 51 cuadernos de campo lo que excavó, los cuadernos se encuentran en el MAN.

Cerro Montroy acogió una parte de la población antigua de la ciudad romana de Baria su ocupación tardo antigua que se prolongó de la primera mitad del siglo V a la segunda mitad del siglo VII o el siglo VIII, a final de este siglo albergo una ocupación muy reducida que no tuvo continuidad en fases posteriores. Las excavaciones antiguas y modernas descubrieron una muralla con torre rectangular en el punto más alto y una serie de estructuras arquitectónicas. Se encontró abundante material cerámico de importancia y ánforas norteafricanas y del mediterráneo oriental, es otro rasgo que distingue Cerro Montroy de otros asentamientos menores.

H.Shubart suele decir, que costas y fronteras nunca son barreras impermeables, sino que en todos los tiempos se han realizado a través de ellas intercambios que unen a los pueblos y contribuyen a la configuración de sus culturas: y si ustedes participan conmigo del entendimiento que ese fenómeno sigue siendo en nuestros días un factor positivo me sentiré plenamente satisfecho.

Agradecemos una vez más,  la presencia de la doctora-arqueóloga Montserrat Menasanch, gran conocedora de nuestro territorio de la Cuenca de Vera.

Podría extenderme durante un buen tiempo explicándoles excelencias de su trayectoria profesional entre los que se encuentran libros, artículos y publicaciones, así como ponencias presentadas a Congresos nacionales e internaciones, pero prefiero cederle este tiempo a la Dra. Montserrat Menasanch para que nos transmita su conocimiento y experiencia en la arqueología.

Por último, me gustaría desde mi posición de Presidente de la Asociación Amigos de El Argar (AAA), decirles que aunque a veces la labor que me ocupa desde hace años de manera altruista y desde el corazón por la herencia genealógica que me une a esta tierra, es conseguir que el rico patrimonio arqueológico del que es depositaria, sea reconocido y tratado con el respeto que se merece.

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El alcalde de Vera, Félix Mariano López y la concejala de Cultura, Isabel de Haro, regalaron a Montserrat Menasanch una jarra de cinco picos, característica de la alfarería de Vera. Junto a ellos, el presidente de la Asociación Amigos de  El Argar, Julian Pérez Flores, arquitecto e ingeniero descendiente de Pedro Flores, ayudante de campo de Luis Siret.

 

Pasamos ahora a ofrecer una resumen de lo comentado durante la conferencia, para todos aquellos que no tuvieron la oportunidad de asistir a ella:

 

La depresión de Vera es una cuenca tectónica de 320 Km2 situada al noreste de la provincia de Almería. Se trata de una de las regiones más áridas de Europa, con unas precipitaciones que apenas alcanzan los 200 mm anuales y temperaturas medias de entre 16 y 23 grados centígrados. Aparte de alguna frecuentación esporádica en el Paleolítico superior, los primeros grupos humanos que se establecieron en ella fueron pequeñas comunidades neolíticas agricultoras y ganaderas. De eso hace unos 8.000 años. Desde entonces, sus tierras han estado pobladas ininterrumpidamente hasta la actualidad. Mujeres y hombres talaron sus bosques, roturaron sus campos, pescaron en sus aguas y explotaron sus minas. Extinguieron especies e introdujeron otras nuevas. Construyeron poblados y los abandonaron. Abrieron caminos y comerciaron. Todo ello dejó su huella en el territorio, unas veces agotándolo, otras regenerándolo.

            La época romana marcó un punto álgido en la historia del poblamiento de la zona. El municipio de Baria, en la actual Villaricos (Cuevas del Almanzora), dedicado a la producción de salazones de pescado para la exportación, era la capital de la región, sede de las instituciones políticas, económicas e ideológicas del Imperio. Fuera de la ciudad, unos cuantos latifundios ‒las famosas villas romanas‒ acaparaban las mejores tierras agrícolas y concentraban alrededor de dos tercios de la población. Sus propietarios poseían lujosas residencias adornadas con estucos, mosaicos y mármoles, y en sus campos cultivaban grandes extensiones de cebada en secano. La población de la depresión nunca había sido tan numerosa, ni volvería a serlo hasta la repoblación del siglo XVIII. La expansión de los territorios agrarios y la presión sobre el entorno se llevó al límite de su capacidad.

            Con el desmantelamiento del Imperio romano y el aumento de la aridez reflejado en los modelos climáticos, a principios del siglo V comenzó la «revolución» tardoantigua. Sin instituciones que defendiesen la propiedad, la población se dispersó, y decenas de pequeñas granjas se instalaron en los antiguos dominios de las villas en busca de tierras en las que poder aprovechar el agua de los ríos. Las extensiones de cebada se sustituyeron en buena parte por pequeños campos de trigo. La ciudad se despobló, y en vez de una capital, en el territorio surgieron dos nuevos centros demográficos y económicos: Cerro de Montroy (Villaricos) y Cabezo María (Antas). La ventajas del nuevo sistema fueron una mejor distribución de la riqueza y una menor presión sobre el entorno. Su principal inconveniente residía en la dependencia de sus propios recursos y, en particular, del agua. Por eso, la crisis ecológica de los siglos VII y VIII tuvo efectos devastadores que acabaron con el desplome de la población y el abandono de más del 75% de los asentamientos.

            Sin embargo, en el siglo IX, con la llegada de nueva población, la presencia del Estado emiral representada por la fundación de una nueva capital en Bayra (Vera) y la construcción de una mezquita, la reorganización territorial, el impulso a la minería y la metalurgia del hierro, la introducción de nuevos cultivos y la expansión del regadío, la población de la depresión de Vera volvió a aumentar tras cuatro siglos de descenso. A pesar de todas las vicisitudes políticas, el sistema demostró su eficacia y sostenibilidad, y a lo largo de los siglos X y XI creció y se expandió con la creación de asentamientos como la alquería de Gatas o la fortaleza de Cerro del Inox (Turre).

            La extraordinaria importancia del patrimonio arqueológico de la depresión de Vera (por poner solo un ejemplo, en ella se encuentra el yacimiento de El Argar, que da nombre al primer Estado de Europa occidental) ha atraído a numerosos investigadores. A finales del siglo XIX y principios del XX, Luis Siret y Pedro Flores fueron pioneros en la investigación. En las décadas de 1980 y 1990 se llevaron a cabo numerosos proyectos arqueológicos y paleoecológicos, que siguen formando la base de nuestro conocimiento actual. Desde entonces no se han generado nuevos conocimientos. Por el contrario, en los últimos años su riqueza patrimonial no solo parece olvidada, sino que está siendo objeto de una destrucción a gran escala ante la pasividad de las instituciones. De todas y todos depende proteger nuestra herencia común o permitir que el desierto cultural siga avanzando.

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Diversos momentos de la conferencia.

Finalmente, añadimos el enlace a una noticia publicada en noticiasdealmeri.com, par quien quiera ampliar la noticia:

https://www.noticiasdealmeria.com/el-desierto-reverdecera:-vera-y-su-tierra-entre-el-imperio-romano-y-el-califato-de-cordoba

 

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Conferencia en Vera. «El desierto reverdecerá: Vera y su tierra entre el Imperio Romano y el Califato de Córdoba.»

 

El próximo 20 de julio se cerebra  conferencia a cargo de doña Montserrat Menasanch de Tobaruela, arquéologa colaboradora de la Universidad de Barcelona y gran conocedora de nuestro Levante Almeriense.

La conferencia tiene como título: «El desierto reverdecerá: Vera y su tierra entre el Imperio Roano y el Califato de Córdoba», sin duda un tema apasionante ya que se trata de uno de los periodos de nuestra historia más desconocidos.

La conferencia está organizada por la Comisión del V Centenario del Terremoto de Vera y, cómo no, por la Asociación de Amigos de El Argar. Será el presidente de nuestra asociación, don Julián Pérez Flores, quien presentará la conferencia.

Tendrá lugar en el Convento de la Victoria de Vera, a las 20:00, no se lo pueden perder.

 

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Conferencia: LA CIUDAD DE VIRA, UN TERRITORIO FRONTERIZO A LO LARGO DE LA EDAD MEDIA

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Hoy, la Asociación Amigos de El Argar (AAA) presenta un amplio resumen de la interesante conferencia realizada por los arqueólogos Lorenzo Cara Barrionuevo y Domingo Ortiz Soler el 27 de abril del pasado mes, para todos los que no pudieron ir, incluyendo diferentes recortes de prensa.

La Asociación Amigos de El Argar, en su constante apoyo a todas las iniciativas en favor de la puesta en valor y conservación del importante patrimonio arqueológico del sureste almeriense, hace tiempo que promociona conferencias, impartidas siempre por especialistas conocedores del tema, para dar a conocer nuestro rico legado historico-arqueológico, y en especial los importantes restos arqueológicos de la cultura del Argar.

En esta ocasión, Lorenzo Cara Barrionuevo, arqueólogo y exconservador de la Alcazaba de Almería y Domingo Ortiz Soler, arqueólogo y director del Museo Historico de Vera, nos hablan de Vera durante la Edad Media y del importante yacimiento arqueológico del cerro del Espíritu Santo.

 

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Lorenzo Cara Barrionuevo y Domingo Ortiz Soler.

 

Conferencia

La ciudad de Vira, un territorio fronterizo a lo largo de la Edad Media’, es el título de la conferencia que Domingo Ortiz y Lorenzo Cara pronunciaron el pasado 27 de abril en el Convento de la Victoria de Vera. Aprovechando la Conmemoración del V centenario del Terremoto de 1518, que asoló la ciudad, el Ayuntamiento pretende llevar a todos los ciudadanos la historia y arqueología del Cerro del Espíritu Santo, antiguo enclave de Vera la Vieja. Lo hará a través de actividades que se celebrarán a lo largo de todo el año así como la divulgación a través de conferencias y publicaciones.

 

LA CIUDAD DE VIRA, UN TERRITORIO FRONTERIZO A LO LARGO DE LA EDAD MEDIA

Domingo Ortiz- Lorenzo Cara

Con esta conferencia de arqueología -que es la ciencia que se ocupa del estudio de las sociedades humanas a partir, fundamentalmente, del análisis de sus restos materiales- trataremos los aspectos más relevantes de la práctica arqueológica en el cerro del Espíritu Santo con los procedimientos de investigación acordes con nuestra profesión, reflexionando también sobre los aspectos relativos a la conservación, protección y transmisión de este pasado como importante  patrimonio arqueológico. Con ello planteamos acercar la Historia y la Arqueología de este enclave desde la prehistoria, a través del ejemplo concreto de los más de 34 años de voluntariosa investigación que venimos llevando a cabo, y para transmitir la importancia de lo que fue Vera la Vieja, con método científico y con pensamiento crítico para el conocimiento del pasado y del presente de los orígenes de esta ciudad, además de concienciar sobre la importancia y la defensa del patrimonio histórico y arqueológico desde una perspectiva global (que integre este Monumento  y otros elementos menos visibles del este Patrimonio histórico en su contexto geo-histórico). Este elemento Patrimonial ha sido declarado con la tipología jurídica Como Zona Arqueológica BIC (Bien de Interés Cultural), publicado en el BOJA  con fecha 20 de marzo de 2006.

El yacimiento es de gran potencial arqueológico, dado que se han constatado restos desde época prehistórica y romana, aunque los restos emergentes más importantes se vinculan directamente a momentos de la ocupación musulmana, en concreto a la ciudad de Bayra. De este asentamiento se aprecia su perímetro amurallado, diversas torres de planta rectangular y una alcazaba que se situaba en la parte más elevada. En el interior de este recinto, que alcanza una extensión de 12.500 metros cuadrados, se han documentado restos de viviendas, silos, aljibes, entre otras estructuras, mientras que en la parte superior y con fisonomía rectangular se halla la alcazaba. También se han podido localizar, en este caso extramuros, dos arrabales con cimentaciones de viviendas y un aljibe además de hornos de alfarero. Las viviendas ocupaban las laderas, adaptándose al terreno y desarrollándose en terrazas.

En la parte superior del cerro se ubica la alcazaba, de planta rectangular, que se vio afectada profundamente por el terremoto de 1518. Presenta restos de un muro perimetral de tapial con evidencias de tres torres rectangulares en las esquinas. La entrada se realizaba mediante escalinatas, de las que se conservan tres peldaños y un posible acceso acodado en rampa hacia la zona donde se emplazaría la torre residencial.

En el interior de este recinto superior se distinguen restos de una habitación cuadrada que en planta presenta evidencias de la división en dos espacios diferenciados. En el sector sur aparecen una serie de muros sobre los que se ha colocado una peana del Sagrado Corazón, mientras que en el lado este se localiza un aljibe que atraviesa la zona superior en su totalidad. Las torres de esta alcazaba son de fábrica distinta a los muros, en este caso estos son de cal y cantos. Las torres que se adosan a las esquinas presentan un sistema constructivo a base de un zócalo de calicanto, sobre el que se levantan cuerpos en tapial. El acabado exterior se hace mediante enlucido, creando un aspecto alisado. También se han hallado restos de viviendas extramuros, documentándose al norte y sureste del recinto.

La muralla que rodea este recinto es de varios tipos de fábrica. En algunos lienzos se observa un zócalo y la continuación del alzado, realizado mediante cajones, siguiendo la técnica de la tabiya, a base de piedras de pequeño y mediano tamaño, usando como aglutinante cal y arena, así como también muros de sillarejos, que recuerdan la arquitectura defensiva califal. Estos paños de muralla, mediante estudios de arqueología muraria que hemos desarrollado, nos confirman varios momentos de construcción, reparaciones y readaptaciones, confirmando sus diferentes cronologías a lo largo de su existencia.

El amurallamiento del sistema defensivo de la ciudad se extendía a media ladera del cerro, adaptándose al relieve del mismo. Anexos a la muralla se localizan cinco aljibes, encontrándose adosados a las murallas con el fin de contribuir a su solidez, recoger la máxima cantidad de agua y economizar espacio, se dispusieron simétricamente a ambos lados de las vertientes. Todos los aljibes tienen las mismas características generales: una sola nave abovedada con paredes de mortero hidráulico de cal y canto. El segundo aljibe se adosa a un saliente de la muralla opuesta, rebajando en parte su paramento interior. El tercer aljibe se encuentra perpendicular a la muralla. El último aljibe es conocido como «Cueva de la Bruja» y presenta características semejantes a los anteriores.

En un momento indeterminado se acondicionó una ermita en uno de los aljibes. Ésta presenta una sola nave rectangular con cubierta de bóveda de cañón, en cuyo centro se encuentra la apertura por donde se alimentaría la cisterna. Al transformar esta estructura en ermita se acondicionó e incorporaron una serie de elementos, como un pequeño cuerpo a la entrada, que define un espacio superior a modo de coro, al cual se accede mediante una escalera de caracol. Se abrió también un vano, que actuarían como puerta y, aprovechando el hueco de la entrada de agua del decantador como vano de ventana. Aún se conservan restos de la decoración como un marco en bajorrelieve, situado en lo que sería la cabecera del edificio, para la colocación de un cuadro que en sí constituiría un sencillo altar; también una estrella de ocho puntas situada en la parte inferior del forjado del coro, así como un zócalo pintado que simula un despiece de mármol con formas diversas. Una inscripción pintada en negro sobre la pared reza P.V.D. AD 1870.

Datos históricos

La zona geográficamente denominada como Tierra de Vera mantiene una ocupación humana de forma continuada desde el Paleolítico Superior con ejemplos, que señalan la importante evolución histórica de la zona que le llevará a desarrollar marcos propios para procesos posteriores como el Neolítico o el Bronce. Los últimos estudios llevados a cabo evidencian la relación e importancia directa entre el comercio y explotación de los recursos mineros de la zona, con la expansión y desarrollo de esta cultura material. A partir de este momento, la explotación de los recursos mineros potencian las relaciones comerciales por todo el mediterráneo y en la zona surge el poblado de Villaricos, junto a la desembocadura del río Almanzora y situada sobre una zona de ensenada. De esta forma, nos encontramos ya con la Baria fenicia que posteriormente se convertirá en la Baria romana, hasta llegar al topónimo de Bayra árabe. Es evidente que el cerro del Espíritu Santo mantiene vínculos con todos estos procesos históricos, la aparición de materiales prehistóricos y materiales romanos tardíos, lo relacionan con los diferentes momentos. Los restos emergentes más importantes y visibles en la actualidad lo vinculan directamente a momentos de ocupación musulmana.

Vera fue centro administrativo de la comarca, camino natural de entrada hacia Almería por la zona de Levante. La provincia de Bayra perteneció a la cora de Tudmir, dentro de la división territorial musulmana. En ella se establecen grupos clánicos. Fue distrito dependiente de Toledo, dentro de una división político-administrativa más pequeña, de las que dependían un numero de ciudades y pequeñas villas. Bayra es el iqlim costero más meridional de la Cora, sobre ella se encuentran referencias en algunos cronistas musulmanes citado por Al-Udri como ciudad administrativa y financiera, puramente agrícola.

Al Idrisi (s. XII) menciona su amurallado recinto, la importancia de esta apreciación por parte del cronista viene motivada por el conocimiento y exhaustividad con que se refiere a las murallas de la ciudad. Fuentes árabes indican la importancia de la ciudad fortificada, ya en las referencias a la construcción de su mezquita. La muralla del Espíritu Santo, la antigua ocupación de Vera, es el referente arqueológico para explicar los diferentes acontecimientos históricos, por lo que ha pasado reflejo de su actual estado de conservación. En ella, se han documentado algunas pequeñas torres rectangulares. Sin embargo, el conjunto ha llegado hasta la actualidad bastante modificado.

En el periodo Taifas, de 1009 a 1091, la cora de Tudmir, con la tierra de Vera en su órbita, cae durante los primeros cuatro años en manos de los beréberes. De 1013 a 1038 está en poder de los reyes eslavos de Almería. De 1038 a 1041, es regida por Ibn Tahir bajo la soberanía del rey de Valencia Abd al Asís. De 1041 a 1051, obedece con Lorca al rey de Almería. De 1051a 1054, siempre a la órbita de Lorca, se independiza de Almería para caer en manos de Ibn Tahir, rey de Murcia. De 1078 a 1090, los reinos de Lorca y Murcia son disputados por el rey de Sevilla al Mutamid e Ibn Rasiq, un caudillo local. Poco después, todo el sudeste cae en manos del almorávide Yusuf b. Taxufin.

A partir del tratado de Alcaraz firmado por el rey de Murcia y el infante D. Alfonso, el dominio castellano se consolida en tierras de Murcia. Vera asume un papel de ciudad fronteriza, convirtiéndose en un peón de los reinos de Lorca y Almería. Alrededor de las grandes fortalezas fronterizas, se desarrolla un sistema de atalayas cilíndricas de mampostería, levantadas en el primer cuarto del siglo XIV, zona de Vera y los Vélez. Muhammad V durante su reinado, emprende obras de restauración y consolidación de las fortalezas de la frontera y del interior. En 1436 capitularon las poblaciones de Vélez Blanco, Vélez Rubio, Albos, Oria, Arboleas, Cantoria, Zurgena, Albanchez, Overa y Cuevas

Los datos más antiguos de época islámica se remontan al siglo IX, asentándose ya durante el siglo XI como ciudad-medina cuando se convirtió en el centro administrativo de la comarca con su planteamiento como fortificación de frontera durante el reino de Taifa de Almería con Murcia y camino natural de entrada hacia Almería por la zona de Levante, perteneciendo a la cora de Tudmir, dentro de la división territorial musulmana.

Es aquí, donde nace la Vera musulmana, ciudad fronteriza también del reino nazarí de Granada con las cristianas tierras de Lorca partir de la segunda mitad del siglo, y tierra por lo tanto de frecuentes enfrentamientos hasta su toma, en 1488 por Fernando el Católico.

Munzer, en su viaje a Vera en 1494 afirma que había unas 600 viviendas en la población del cerro.

En 1518 fue asolado por un terremoto que destruyó todo el pueblo, sólo quedando en pie parte de la muralla y algunos aljibes.

Pero esta es otra historia…

 

 

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Artículo de Carlos Visiedo en La Voz de Almería

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Diferentes publicaciones de Domingo Ortiz en el Ideal.

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Vera: conferencia «La Ciudad de Vira, un territorio froterizo a lo largo de la Edad Media»

La Asociación Amigos de El Argar se complace de presentar la conferencia que se celebrará con motivo de las actividades desarrolladas para la conmemoración del V Centenario del Terremoto de 1518 que destruyó la antigua ciudad de Vera enclavada en el cerro del Espíritu Santo.

El día 27 de abril tendrá lugar la conferencia «La ciudad de Vira, un territorio fronterizo a lo largo de la Edad Media» a cargo de Lorenzo Cara Barrionuevo (arqueólogo) y Domingo Ortiz Soler (Museo Histórico Municipal de Vera).

Conferencia el día 27 de abril a las 20 h en el convento de la Victoria.

 

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La Ciudad de Vera, referente en todo el levante almeriense, fue una importante Ciudad fronteriza entre el reino nazarí y los reinos cristianos. En cierta manera, la historia de Vera y su Tierra es la historia de todo nuestro levante almeriense. Pocas ocasiones tendremos de asistir a una conferencia impartida por tan grandes conocedores de su historia como son Lorenzo Cara Barrionuevo y Domingo Ortiz Soler. Desde la Asociación Amigos de El Argar, siempre dispuestos a promover todo lo relacionado con la arqueología del sudeste peninsular, recomendamos vivamente esta más que interesante conferencia.

 

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